Esa reducción de asfalto y coches tiene que ir asociada a carriles bici, para ir reemplazando y reduciendo esa movilidad motorizada en movilidad sostenible en bici u otros medios de movilidad limpios. Creación de sendas y corredores ciclables que hagan del paseo por la ciudad una delicia y fomenten la convivencia y el comercio local.
Para que esta movilidad verde sea posible, debe contemplar toda la ciudad. De nada vale que hagan 4 carriles bici en el centro. Debe haber una red que, en combinación con otros medios de transporte como el tranvía, permitan el desplazamiento seguro desde barrios y los puntos atractores de la ciudad.
En la ciudad quedan pocos espacios libres, y se necesitan muchísimos más espacios verdes. Hay muchos estudios que establecen una relación directa entre los problemas sociales y la ausencia de verde en las urbes.
Para aumentar los espacio verdes hay que restar espacio al coche y al asfalto. Y fundamentalmente a los coches aparcados, que devoran el espacio público. Piensen la cantidad de metros cuadrados que ocupan los coches aparcados a ambos lados de la calle. Y pueden estar ahí parados días y semanas. Imaginen la de espacios verdes que se podrían crear en su ausencia.
Con la creación, impulso y fomento de huertos urbanos accesibles para todo el vecindario en los barrios, se daría solución, o al menos alivio, a diversa problemática:
• Mejoraría el aspecto de las zonas con las construcciones más obsoletas, grises, abandonadas o despobladas.
• Disminuiría la excesiva dependencia de los cultivos foráneos, evitando los esporádicos problemas derivados de su importación, así como del coste económico que implica.
• Permitiría a las familias con bajos ingresos acceder a alimentos saludables con coste 0.
• Constituiría un elemento cohesionador de la población, favoreciendo la formación de comunidad entre los habitantes del barrio, lo que redunda en numerosos beneficios a nivel anímico, contribuyendo a cuidar la salud mental.
Esa reducción de asfalto y coches tiene que ir asociada a carriles bici, para ir reemplazando y reduciendo esa movilidad motorizada en movilidad sostenible en bici u otros medios de movilidad limpios. Creación de sendas y corredores ciclables que hagan del paseo por la ciudad una delicia y fomenten la convivencia y el comercio local.
Para que esta movilidad verde sea posible, debe contemplar toda la ciudad. De nada vale que hagan 4 carriles bici en el centro. Debe haber una red que, en combinación con otros medios de transporte como el tranvía, permitan el desplazamiento seguro desde barrios y los puntos atractores de la ciudad.
En la ciudad quedan pocos espacios libres, y se necesitan muchísimos más espacios verdes. Hay muchos estudios que establecen una relación directa entre los problemas sociales y la ausencia de verde en las urbes.
Para aumentar los espacio verdes hay que restar espacio al coche y al asfalto. Y fundamentalmente a los coches aparcados, que devoran el espacio público. Piensen la cantidad de metros cuadrados que ocupan los coches aparcados a ambos lados de la calle. Y pueden estar ahí parados días y semanas. Imaginen la de espacios verdes que se podrían crear en su ausencia.
Con la creación, impulso y fomento de huertos urbanos accesibles para todo el vecindario en los barrios, se daría solución, o al menos alivio, a diversa problemática:
• Mejoraría el aspecto de las zonas con las construcciones más obsoletas, grises, abandonadas o despobladas.
• Disminuiría la excesiva dependencia de los cultivos foráneos, evitando los esporádicos problemas derivados de su importación, así como del coste económico que implica.
• Permitiría a las familias con bajos ingresos acceder a alimentos saludables con coste 0.
• Constituiría un elemento cohesionador de la población, favoreciendo la formación de comunidad entre los habitantes del barrio, lo que redunda en numerosos beneficios a nivel anímico, contribuyendo a cuidar la salud mental.